La frecuencia de las tormentas de arena y polvo aumenta en muchas regiones del mundo, advierte la ONU
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14 Noviembre 2023
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Press release
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Sand & dust storms
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Health
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Dos mil millones de toneladas de arena y polvo, con un peso equivalentes a 350 Grandes Pirámides de Giza, entran en la atmósfera cada año
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Los expertos de la CNULD atribuyen más del 25% del problema a la actividad humana
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El fenómeno causa estragos desde el norte y centro de Asia hasta África subsahariana
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Los efectos sobre la salud son poco conocidos
Las tormentas de arena y polvo son un problema infravalorado cuya frecuencia ha aumentado de forma “dramática” en algunos lugares del mundo, en un 25% de los casos fruto de la actividad humana, según la Convención de las Naciones Unidas de Lucha contra la Desertificación (CNULD).
La advertencia, acompañada de recomendaciones políticas, llega en el marco de una reunión de cinco días que se celebra en Samarcanda (Uzbekistán) para evaluar los avances mundiales en la aplicación de la Convención. La CNULD es una de las tres convenciones creadas durante la Cumbre de la Tierra en Río de Janeiro en 1992. Las otras tratan sobre el cambio climático (CMNUCC) y la biodiversidad (CDB).
La reunión, que se celebra del 13 al 17 de noviembre (https://www.unccd.int/cric21), incluye una sesión de alto nivel sobre cómo hacer frente a los efectos de las tormentas de arena y polvo en la agricultura, la industria, el transporte, la calidad del agua y del aire y la salud humana a escala mundial. La sesión, organizada por el Gobierno de Uzbekistán, está prevista para el 15 de noviembre.
Ibrahim Thiaw, Secretario Ejecutivo de la CNULD, ha declarado: "La visión de nubes oscuras y ondulantes de arena y polvo engullendo todo a su paso y convirtiendo el día en noche es uno de los espectáculos más intimidantes de la naturaleza. Es un fenómeno costoso que causa estragos desde el norte y centro de Asia hasta el África subsahariana".
"Las tormentas de arena y polvo suponen un desafío formidable para lograr un desarrollo sostenible. Las tormentas de arena y polvo se ven exacerbadas por las actividades humanas, lo que también significa que podemos reducirlas adoptando las medidas pertinentes", ha remarcado Thiaw.
Las tormentas de arena y polvo son un fenómeno natural estacional y común en la región, pero se están agravando a causa de la mala gestión de la tierra y el agua, las sequías y el cambio climático, según los expertos de la CNULD.
Y las fluctuaciones en su intensidad, magnitud o duración "pueden hacer que las tormentas de arena y polvo sean impredecibles y peligrosas".
Se calcula que cada año entran en la atmósfera 2.000 millones de toneladas de arena y polvo, una cantidad equivalente en peso a 350 Grandes Pirámides de Giza. Ello tiene repercusiones mucho más allá de las regiones de origen.
En algunas zonas, el polvo del desierto se ha duplicado en el último siglo.
"Las tormentas de arena y polvo son cada vez más frecuentes y graves y tienen importantes repercusiones transfronterizas. Sus efectos se comprenden cuestiones como el medio ambiente, el clima, la salud, la agricultura, los medios de subsistencia y el bienestar socioeconómico de las personas. La acumulación de impactos de las tormentas de arena y polvo puede ser significativa", ha afirmado Feras Ziadat, experto técnico de la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), que preside la Coalición de las Naciones Unidas para la Lucha contra las Tormentas de Arena y Polvo.
"En las zonas de origen, estas tormentas dañan los cultivos, afectan al ganado y despojan la capa superficial del suelo. En las zonas de depósito, el polvo atmosférico puede causar o agravar problemas de salud humana como las enfermedades respiratorias, sobre todo, cuando se combina con la contaminación industrial local. Las comunicaciones, la generación de energía, el transporte y las cadenas de suministro también pueden verse perturbados por la baja visibilidad y los fallos mecánicos inducidos por el polvo. La Coalición de las Naciones Unidas para Combatir las Tormentas de Arena y Polvo, ahora presidida por la FAO, se creó en 2019 para liderar los esfuerzos mundiales para hacer frente a este fenómeno."
En su ‘Compendio sobre tormentas de arena y polvo’ y la ‘Caja de herramientas’ que lo acompaña (https://www.unccd.int/land-and-life/sand-and-dust-storms/toolbox), la CNULD, la FAO y sus socios presentan enfoques y metodologías para la recopilación y evaluación datos sobre estos fenómenos; monitoreo y alerta temprana; mitigación de impactos y preparación; mapeo de fuentes; y mitigación de fuentes antropogénicas a nivel subnacional, nacional, regional y mundial.
El debate sobre estas tormentas forma parte de la reunión en curso del Comité de Examen de la Aplicación de la Convención (CRIC 21) de la CNULD, que examina los avances mundiales en los objetivos estratégicos de la Convención. El evento se realiza en Uzbekistán y supone la primera vez que la CNULD convoca una de sus reuniones más importantes en Asia Central.
La reunión llega en un momento crítico, ya que las estadísticas recientes publicadas a través del nuevo panel de datos de la CNULD (https://data.unccd.int/) muestran que el mundo está perdiendo casi un millón de kilómetros cuadrados de tierra sana y productiva cada año, o unos 4,2 millones de kilómetros cuadrados entre 2015 y 2019. Ello equivale, aproximadamente, a la superficie combinada de cinco países de Asia Central: Kazajistán, Kirguistán, Tayikistán, Turkmenistán y Uzbekistán.
Durante la reunión (a las 18:00 hora local / 13:00 GMT, martes 14 de noviembre) los expertos de la CNULD y la FAO presentarán tres informes:
- Tormentas de arena y polvo. Guía de medidas de mitigación, adaptación, políticas y gestión de riesgos en la agricultura.
- Proceso de planificación de contingencias para catalizar inversiones y acciones que mejoren la resiliencia frente a las tormentas de arena y polvo en la agricultura en la República Islámica de Irán y
- Preparación de la planificación de contingencia contra las tormentas de arena y polvo con las comunidades de pastores: un estudio de caso sobre Mongolia.
Otros puntos de la agenda del CRIC 21 son el fomento de la gestión sostenible de la tierra; la garantía de unos derechos justos de las mujeres sobre las tierras, y la lucha contra las sequías y los incendios forestales exacerbados por el cambio climático y la degradación medioambiental.
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Antecedentes: Tormentas de arena y polvo
Las tormentas de arena y polvo se conocen con muchos nombres locales: siroco, haboob, polvo amarillo, tormentas blancas o harmattan.
Aunque pueden fertilizar los ecosistemas terrestres y marinos, también presentan una serie de peligros para la salud humana, los medios de subsistencia y el medio ambiente.
Dichas tormentas suelen originarse en zonas áridas y subhúmedas de baja latitud donde la cubierta vegetal es escasa o inexistente.
También pueden producirse en otros entornos, como zonas agrícolas y de altas latitudes en regiones húmedas, cuando coinciden determinadas condiciones atmosféricas y de viento. Las tormentas de arena y polvo pueden tener impactos transfronterizos sustanciales a lo largo de miles de kilómetros. Por ello, se necesitan respuestas políticas globales y regionales unificadas y coherentes, especialmente para abordar la mitigación en origen, gestionar los sistemas de alerta temprana y la vigilancia.
Las tormentas de polvo y arena suelen tener importantes repercusiones económicas: por ejemplo, se calcula le cuestan 190 millones de dólares anuales al sector petrolero de Kuwait, mientras que un solo evento en 2009 provocó daños valorados en 229-243 millones de dólares en Australia.
Las principales fuentes mundiales de polvo mineral se encuentran en el hemisferio norte, especialmente, en el norte de África, Oriente Medio y Asia Oriental. En el hemisferio sur, Australia, Sudamérica y el sur de África son las principales fuentes de polvo.
Más del 80% de Asia Central está cubierta por desiertos y estepas que, junto con el cambio climático y las sequías duraderas, representan una importante fuente natural de tormentas de arena y polvo.
El desecado Mar de Aral es una fuente importante de tormentas de arena y polvo, ya que emite más de 100 millones de toneladas de polvo y sales venenosas cada año, lo que repercute en la salud no sólo de las personas que viven en las inmediaciones, sino mucho más allá, y genera pérdidas anuales de 44 millones de dólares.
Las tormentas de polvo y arena suponen un riesgo de desastre, aunque no todas las regiones reconocen este peligro en la misma medida. El reconocimiento es elevado en el noreste de Asia, partes de Asia occidental y Norteamérica, y menor en otras geografías.
Este escaso reconocimiento debe al hecho de que, a menudo, las tormentas no ocasionan muertes o heridos de forma directa e inmediata. También puede deberse a la falta de seguimiento y documentación de sus impactos a largo plazo en aspectos como la salud y la economía.
Tormentas de polvo y arena y salud
El fenómeno puede poner en peligro la vida de las personas con problemas de salud.
Las partículas finas de polvo alcanzan niveles troposféricos elevados (a diversos kilómetros de altura), donde los vientos pueden transportarlas a grandes distancias.
Las implicaciones para la salud han sido objeto de una creciente investigación durante las últimas décadas, y la mayoría de los estudios se han realizado en Asia Oriental, Europa y Oriente Medio. Faltan estudios en África Occidental.
Una de las principales áreas de investigación ha sido la modificación de la contaminación atmosférica por estas tormentas.
La relación causa-efecto entre la arena y el polvo en la atmósfera y los resultados sanitarios sigue sin estar clara y requiere un estudio más exhaustivo. Lo que sí puede afirmarse es que los miembros de riesgo de una población, especialmente aquellos con problemas cardiopulmonares preexistentes, incluido el asma infantil, pueden tener una mayor tasa de mortalidad o morbilidad durante una tormenta de polvo.
Las tormentas de polvo y arena también pueden imponer costes importantes al sector agrícola por la destrucción de cosechas o la reducción del rendimiento, la muerte de animales o la disminución del rendimiento de la leche o la carne, y los daños a las infraestructuras.
En el caso de los cultivos anuales, las pérdidas se deben a que las plántulas o los cultivos quedan enterrados, y los chorros de arena causan la pérdida de tejido vegetal y la reducción de la actividad fotosintética. Ello puede provocar la pérdida total de la cosecha en una región o reducir su rendimiento.
También puede haber un efecto a más largo plazo en algunos cultivos perennes debido a daños en árboles o plantas como, por ejemplo, la alfalfa.
Como aspecto positivo, el polvo de puede contener nutrientes como nitrógeno, fósforo y potasio, e incluso carbono orgánico. Algunos lugares se benefician de esta deposición de nutrientes en la tierra, y de la deposición de minerales y nutrientes en el agua, especialmente en las masas oceánicas. Cuando se depositan, pueden aportar nutrientes a las zonas de cultivo o pasto situadas a sotavento. Sin embargo, los daños que ocasionas dichas tormentas son muy superiores a sus beneficios.
A escala mundial, las principales fuentes de polvo son los lagos secos; a nivel local, destacan las llanuras de afloramiento glaciar, las zonas de cenizas volcánicas y los campos recién arados.
Los impactos intersectoriales y transnacionales de las tormentas de polvo y arena afectan directamente a 11 de los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible; sin embargo, el reconocimiento global de este fenómeno como un peligro es generalmente bajo debido, en parte, a su complejidad y su impacto estacionalmente acumulativo, junto con la escasez de datos.
La falta de información y de evaluaciones de impacto dificulta una toma de decisiones y una planificación eficaces para abordar de forma efectiva las fuentes y los impactos de dichos eventos.
La CNULD ayuda a los gobiernos a crear políticas basadas en los últimos avances científicos para la gestión sostenible de la tierra y la mitigación de riesgos.
En colaboración con el Centro Regional de Medio Ambiente para Asia Central, la CNULD ayuda a los países vulnerables a la sequía y a las tormentas de arena y polvo de Asia Central a desarrollar y aplicar estrategias de reducción de riesgos a nivel nacional y regional. La CNULD anima a los países a adoptar una estrategia integral de reducción de riesgos con sistemas de vigilancia y alerta temprana para mejorar la preparación y la capacidad de recuperación ante estas catástrofes medioambientales.
Entre las medidas que más urgen se encuentran las siguientes:
- Enfoque multisectorial reforzado por el intercambio de información, las intervenciones a corto y largo plazo, la participación de múltiples partes interesadas y la concienciación sobre las tormentas de polvo y arena.
- Restauración de tierras, utilizando prácticas de gestión de suelos y agua para proteger los suelos y aumentar la cubierta vegetal. Se ha demostrado que ello reduce de forma significativa la extensión y la vulnerabilidad de las áreas de origen de las tormentas, y reduce la intensidad de los eventos.
- Alerta temprana, seguimiento y previsión, basándose en el conocimiento actualizado de los riesgos. Participación de todas las partes interesadas, incluidas las poblaciones en riesgo, para garantizar que las alertas se emiten de manera oportuna y específica.
- Mitigación del impacto mediante una buena preparación para reducir la vulnerabilidad, aumentar la resiliencia y permitir una respuesta oportuna y eficaz a las tormentas de arena y polvo.
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Acerca de la CNULD
La Convención de las Naciones Unidas de Lucha contra la Desertificación (CNULD) es la voz de la tierra y la visión global para su futuro. Unimos a gobiernos, científicos, responsables políticos, sector privado y comunidades en torno a una visión compartida y una acción global para restaurar y gestionar las tierras del mundo con vistas a la sostenibilidad de la humanidad y del planeta. Mucho más que un tratado internacional firmado por 197 partes, la CNULD es un compromiso multilateral para mitigar los impactos actuales de la degradación de tierras y avanzar en la gestión de tierras del mañana con el fin de proporcionar alimentos, agua, vivienda y oportunidades económicas a todas las personas de una manera equitativa e inclusiva.
La Secretaría de la CNULD dirigió la creación del documento Compendio de las FDS en colaboración con la Interfaz Ciencia-Política (ISP) de la CNULD, la Organización Meteorológica Mundial (OMM), la Organización Mundial de la Salud (OMS), el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA), ONU Mujeres, la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), la Oficina de las Naciones Unidas para la Reducción del Riesgo de Desastres (UNDRR) y expertos y socios externos.
Publications
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